El veterano Shigeru Ishiba se convirtió en el nuevo primer ministro de Japón con el beneplácito del Parlamento y formó un gobierno confrontado a importantes desafíos económicos, políticos e internacionales.
Ishiba, de 67 años, fue electo el viernes líder del conservador Partido Liberal Democrático (PLD), la formación que gobierna casi sin interrupción desde 1955. Sin sorpresas, la votación del Parlamento para nombrarlo oficialmente primer ministro fue una mera formalidad.
El mandatario esbozó su programa político en una rueda de prensa celebrada a última hora del martes, en la que advirtió de que “la seguridad [de Japón] nunca ha estado tan amenazada como desde el final de la Segunda Guerra Mundial”.
“Con la alianza Japón-Estados Unidos como base, ampliaremos el círculo de países amigos que comparten las mismas ideas, utilizando la diplomacia y la defensa para lograr la paz en Japón y en la región”, afirmó.
El recién anunciado gobierno de Ishiba cuenta con 19 miembros, entre ellos dos mujeres, frente a las cinco que había en la administración saliente, un reflejo de la baja representación de las mujeres en la vida política nipona.
Cumpliendo con lo esperado, el ex secretario general del ejecutivo, Katsunobu Kato, fue nombrado ministro de Finanzas, mientras que Gen Nakatani se ocupará de la cartera de Defensa y Takeshi Iwaya de la de Relaciones Exteriores.
El dirigente anunció el lunes que planea convocar elecciones legislativas anticipadas el 27 de octubre para consolidar la legitimidad de su nuevo ejecutivo.
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