Este periodista presume de ser un obcecado comunicador. Todos los días, a eso de las 5: 30 a.m. empieza a decirle a sus 480 contactos en su celular “Buenos días”. Y a las 9 horas, después del desayuno, siempre habrá que escribir columna, una disciplina que ya tiene 30 años de feliz aparición. Me refiero en ella al trabajo que cada funcionario o presidente municipal hace.
Muchos de los que responden son otros periodistas. Hay amigos, por ejemplo, Ernesto Sanabria, quien fue alguna vez asistente del “Mostro” Isidoro Pedrero Totosáus. Sanabria es el comunicador social de Alfonso Baca, presidente de Paraíso. Igualmente me encontré con Liliana Cruz Ortiz, como comunicadora del presidente de Nacajuca, Roberto Ocaña Leyva.
Creo que haremos gran equipo. Igualmente, me encontré con la veterana comunicadora, mi amiga, Verónica Hernández Triano, manejando la comunicación de la presidenta de Cunduacán, María de la Cruz López, (Chonita) e igualmente, en Cárdenas, el maestro Euclides Alejandro, tiene de apoyo a la compañerita Ericka Bustillos.
Me gusta el trabajo de los que acabo de nombrar. Me gusta también la espontaneidad de Liliana Cruz. Pero más me gusta lo que hacen Alfonso Baca y Roberto Ocaña Leyva como incipientes presidentes municipales. Su comunicación social los proyecta.
EL pasado miércoles seguí mis instintos de reportero. Fui a dos municipios a buscar la noticia. Inicialmente, acompañé al presidente municipal de Paraíso, Alfonso Vaca, al poblado de Puerto Ceiba. Mi respeto para su trabajo.
En su discurso, el tema de la educación fue su parte fuerte. Niños y maestros de las escuelas de esa localidad fueron asistentes para dialogar sobre un tema que nos interesa a todos.
A las 3 p.m. cerré mi visita a Nacajuca, donde Roberto Ocaña Leyva está causando una gran impresión como gente de política espontánea…Trae tres grandes proyectos, Ya hablaremos de ellos en cuanto acabe de sentarse en su despacho.
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