Su nombre e imagen forman parte de la cultura popular de México. Es un ídolo que causa furor a nivel nacional e internacional, debido a las grandes peleas que brindó. Por eso, Julio César Chávez tiene una única definición sobre sí mismo.
“[Soy] el mexicano más chingón en toda la historia”, dijo.
Julio marcó una época en el boxeo. Fueron 25 años los que estuvo activo. En las décadas de los 80 y 90 brindó históricas funciones contra Roger Mayweather, Meldrick Taylor, Greg Haugen, Mario Azabache Martínez y Héctor Macho Camacho, entre otras.
Chávez registró 107 triunfos (85 por nocaut), dos empates y seis derrotas. Salió con la victoria en 31 de las 37 peleas de campeonato mundial que protagonizó, cifra que marca un récord en el pugilismo y le da la confianza de afirmar que no habrá boxeador tricolor que lo iguale.
“No lo van a ver otra vez, no lo van a ver sus ojos, pero México siempre ha sido cuna de grandes campeones mundiales”, opinó.
El legendario expugilista se adueñó de los cinturones superpluma, superligero y ligero del Consejo Mundial de Boxeo, también conquistó el título ligero de la Asociación Mundial y superligero de la Federación Internacional, logros que le dan las credenciales para hablar de otro histórico, como Saúl Álvarez.
“Actualmente, es el mejor del mundo; entonces, hay que apoyarlo”, opinó el ahora comentarista.
Respecto a la comparativa que existe con el Canelo, el César del Boxeo sólo tiene comentarios positivos hacia el tapatío.
“Saúl está a mi nivel… No hay ni más, ni menos. Hay que dejar que termine su carrera y va a ser una leyenda”, sentenció.
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