Los BRICS+ y la lucha por un mundo más equitativo
Mientras el gobierno de Estados Unidos sigue insistiendo en que es la “nación indispensable” y el sistema financiero global, encabezado por el Fondo Monetario Internacional, intenta disciplinar a las economías del Sur global, líderes de 32 países se reunieron en Rusia para ampliar la alianza BRICS+ – organización intergubernamental que actualmente representa mayor poder económico que el G7.
En la fotografía final de esta cumbre a fines de octubre, posaron los presidentes de 32 países, los cancilleres de otros tres y el secretario general de la Organización de Naciones Unidas, Antonio Guterres. El grupo que conforma los BRICS – ahora incluye no sólo a los cinco que lo componían originalmente, Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, sino también a Egipto, Etiopía, Irán y los Emiratos Árabes Unidos, junto a 13 más que están a la espera de ingresar como miembros asociados, lo que estaría convirtiendo a esta alianza en un importante contrapeso dentro de un debilitado sistema neoliberal global.
En una declaración aprobada por unanimidad, los BRICS+ destacaron la creciente influencia de nuevos poderes emergentes en el contexto global y anunciaron la creación de una bolsa de cereales y de un sistema de pagos trasfronterizo con el objetivo de reducir la dependencia al dólar para sus transacciones comerciales y financieras. “Observamos el surgimiento de nuevos centros de poder, de toma de decisiones políticas y de crecimiento económico que pueden allanar el camino para un orden multipolar más equitativo, justo, democrático y equilibrado”, explicaron los delegados en la Declaración de Kazán.
El canciller brasileño Mauro Viera –en representación del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien a último momento no viajó por prescripción médica – dijo que BRICS+ no es un simple acrónimo: “Detrás de las letras BRICS+ hay una realidad palpable construida a lo largo de décadas de esfuerzos por un mundo más equitativo”. El presidente chino, Xi Jinping, consideró en su mensaje durante la última sesión plenaria, que el BRICS+ debe actuar como “fuerza estabilizadora (…) Al estar a la vanguardia del Sur global debemos demostrar nuestra sabiduría y fuerza colectivas, defender la paz y lograr la seguridad universal”.
En la reunión también se acordó avanzar en la integración de un sistema de pagos entre los países BRICS, cuyas economías en conjunto representan 37 por ciento del producto interno bruto (PIB) mundial, poco más que el 34 por ciento del Grupo de los Siete (G7), en el que están Estados Unidos, Canadá, Alemania, Gran Bretaña, Francia, Italia y Japón.
No solo se abordaron temas económicos: el mandatario chino Xi Jinping demandó que Israel declare un cese al fuego inmediato tanto en Gaza como en Líbano, y el presidente brasileño Lula da Silva, quien intervino mediante una videollamada, precisó que existen “dos guerras con el potencial de volverse mundiales, así que es importante trabajar en unidad y en buscar metas en común”, dijo, sin nombrar de forma directa al conflicto en Ucrania.
Mientras los BRICS+ se reunían en Rusia, los líderes del sistema financiero global y los representantes de todos los países miembros estaban en Washington para las reuniones anuales del Banco Mundial y el FMI. Durante cuatro días, las dos instituciones ofrecieron un sombrío pronóstico para la economía del mundo, con bajas tasas de crecimiento y cada vez más deuda.
Dentro del marco de esas reuniones, el G20 mantuvo su exigencia de más impuestos para los súper ricos, quienes en promedio son quienes más carbono emiten en el mundo a través de sus inversiones, mientras que a las afueras de las sedes oficiales, los manifestantes en las calles y en foros alternativos insistieron en un cambio completo del sistema económico para centrarse en la pobreza, la desigualdad y la amenaza de la crisis climática.
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