Una fuerte tormenta azotó el noroeste de Estados Unidos y afectó a la región con fuertes vientos y lluvias, causó cortes de energía generalizados y derribó varios árboles que provocaron la muerte de al menos dos personas.
El Centro de Predicción del Clima advirtió que habría riesgos de lluvias excesivas hasta el viernes, y se emitieron alertas de vientos huracanados mientras el río atmosférico —una gran masa de humedad— más fuerte que se ha visto esta temporada en California y el noroeste del Pacífico abruma la región.
En California, el servicio meteorológico extendió una alerta de inundaciones hasta el sábado para diferentes áreas al norte de San Francisco. Se pronosticaron hasta 40 centímetros de lluvia para el norte del estado y el suroeste de Oregon hasta el viernes. Las autoridades advirtieron sobre posibles inundaciones repentinas, deslizamientos de rocas y flujos de escombros.
Se emitió un aviso de tormenta invernal para el norte de Sierra Nevada por encima de mil 66 metros, donde podrían caer 28 centímetros de nieve en dos días. Las ráfagas de viento podrían superar los 120 kilómetros por hora en áreas montañosas.
Se espera que continúe la caída de nieve pesada y húmeda a lo largo de la Cordillera de las Cascadas y en partes del extremo norte de California. Los meteorólogos advirtieron sobre condiciones de ventisca y afectaciones a la visibilidad por la nieve y la casi imposibilidad de viajar a nivel de paso debido a índices de acumulación de 5 a 7.6 centímetros por hora y ráfagas de viento de hasta 105 kilómetros por hora.
Varios árboles caídos afectaron hogares y bloquearon carreteras en todo el noroeste de Washington. En Lynnwood, Washington, una mujer murió el martes por la noche cuando un gran árbol cayó sobre un campamento de personas sin hogar, indicaron los bomberos del condado South en un comunicado. En Bellevue, al este de Seattle, un árbol cayó sobre una casa, matando a una mujer el martes por la noche, dijeron los bomberos.
Tracy Meloy de Issaquah, Washington, pensó que estaba bien preparada para la tormenta el martes por la tarde, con la cena preparada y linternas listas. Pero pasó la noche escuchando cómo los escombros azotados por el viento golpeaban el exterior de su casa, incluyendo un impacto particularmente fuerte alrededor de las 9 de la noche. El miércoles por la mañana, salió a revisar los daños en su vecindario, a unos 27 kilómetros al este de Seattle.
“Ahora que estoy aquí, frente a la casa, puedo decir que fue el árbol que estaba al otro lado de la calle”, dijo Meloy. El árbol derribó los cables eléctricos frente a su casa. Ramas, hojas y otras plantas estaban esparcidas por toda la carretera. “Parece un suelo forestal en lugar de una calle”, comentó.
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