En los últimos años, la digitalización ha alcanzado prácticamente todos los ámbitos de la sociedad, desde el laboral hasta las relaciones personales. Sin embargo, pese a algunos augurios que pronosticaban el fin del contacto físico y las actividades presenciales, parece que, en realidad, la tendencia es hacia un futuro híbrido en el que convivan lo presencial y lo virtual.
Desde hace unos años, por motivos varios, se impulsó el teletrabajo, una modalidad que ya existía, pero que se popularizó hasta el punto de que más de la mitad de los mexicanos afirma preferir trabajar desde casa que desde la oficina; además, al ser una tendencia global, México se ha convertido en un destino muy atractivo para muchos de los denominados “nómadas digitales”.
Sin embargo, aunque no está ni mucho menos muerto, el teletrabajo ha decaído notablemente en México, que cuenta con una mayor tradición de presencialidad que otros lugares como Estados Unidos o los países nórdicos. Donde sí se ha visto un notable aumento es en la modalidad híbrida, que combina el trabajo en casa con jornadas en la oficina.
No solo en México, se apuesta por desarrollar formatos híbridos en el entorno laboral en todo el mundo. Hasta un gigante tecnológico como es Microsoft inauguró recientemente una sala de reuniones híbrida, en la que hay tanto asistentes presenciales como a través de aplicaciones de videollamada.
Esta tendencia del teletrabajo se suma a otras actividades que también han sabido combinar perfectamente las herramientas digitales con la presencialidad.
Deporte digital y presencial
Varias prácticas deportivas, sobre todo del “deporte mental”, han tenido, como el teletrabajo, un recorrido de ida y vuelta.
En el poker o el ajedrez, pero especialmente en el primero, que fue pionero, las plataformas online han supuesto una forma de dar a conocer estas prácticas a muchas más personas que pueden aprender las normas y dinámicas del juego a través de la red, practicar cuando lo deseen y competir en campeonatos online contra rivales que se encuentran a cientos de kilómetros de distancia. Pero, gracias a ello, también se ha revitalizado y ampliado el circuito de competencias presenciales en todo el mundo, con nuevos campeonatos donde antes no había.
También en el deporte tradicional está teniendo mucho impacto la digitalización. A los estadios, se suman ahora las ligas virtuales como la de béisbol o los multitudinarios eventos del videojuego EA SPORTS FIFA. Lejos de ser dos realidades separadas, se retroalimentan. Ejemplo de ello es la Kings League, que toma la esencia del deporte tradicional, pero añade elementos más propios de los videojuegos, como distintas ayudas o sanciones sorpresa. Tanto sus creadores como los participantes de esta liga de fútbol 7 son una mezcla de exfutbolistas profesionales y de streamers o youtubers, personalidades surgidas del entorno digital.
Además, como sucede con el poker online, cada vez son más los deportes que integran herramientas digitales para mejorar. En ciclismo o atletismo, cada vez son más frecuentes los entrenamientos híbridos con simuladores virtuales que permiten practicar el deporte independientemente de las condiciones meteorológicas o cualquier otra circunstancia. Estos simuladores pueden recrear circuitos u otros espacios de competición, pero también proporcionar experiencias inmersivas para la relajación y control mental.
Ocio de realidad mixta
La digitalización de la sociedad y la omnipresencia de los dispositivos inteligentes han generado muchos debates en torno a una creciente dependencia de lo digital y la pérdida del contacto físico. Sin embargo, se está viendo que las nuevas generaciones, pese a ser ultradigitales desde nacimiento, están apostando por el ocio offline, reivindicando prácticas como la fotografía analógica, escuchar música en vinilo o volver a introducir los libros en el ámbito educativo.
Como sucedió con algunos deportes, que también pueden considerarse una forma de ocio, prácticas como los videojuegos hicieron un recorrido entre lo presencial, lo virtual y lo híbrido en los últimos años. Con las primeras consolas, se temía que los videojuegos aislasen a las personas, cada uno en su casa sin tener contacto con nadie más; sin embargo, la era digital permitió conectar a los jugadores, que empezaron a competir online y a interrelacionarse. Estas competencias online dieron paso a eventos de eSports presenciales cada vez más multitudinarios en los que los participantes y espectadores están presentes, pero se compite a través de computadoras, en un escenario virtual.
La mixtura entre realidad física y virtual se está acentuando, especialmente en el ocio, aunque también en sectores como la educación o la medicina, debido a los dispositivos de realidad virtual y aumentada. Muchos museos complementan sus colecciones con contenidos a los que se accede a través de gafas de VR; mientras que ya no resulta extraño ver personas por las ciudades de todo el mundo “cazando” monstruos de realidad aumentada. Al final, digital o no, todo es una misma realidad.
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