Un par de icónicas zapatillas de rubí que utilizó Judy Garland en El Mago de Oz y que fueron robadas de un museo hace casi dos décadas se vendieron por 28 millones de dólares en una subasta el sábado.
Heritage Auctions había estimado que alcanzarían los 3 millones de dólares o más, pero la rápida puja superó esa cantidad en segundos y la triplicó en minutos. Algunos postores que hacían ofertas por teléfono intercambiaron propuestas durante 15 minutos mientras el precio ascendía a la asombrosa cifra final.
Con la cuota para la casa de subastas con sede en Dallas, el comprador desconocido terminará pagando 32.5 millones de dólares.
La puja en línea, que se inició el mes pasado, había permanecido en 1.55 millones de dólares antes del inicio de la puja en vivo el sábado por la tarde.
Las zapatillas estaban en exhibición en el Museo Judy Garland de su ciudad natal de Grand Rapids, Minnesota, en 2005, cuando Terry Jon Martin usó un martillo para romper el vidrio de la puerta del museo y la vitrina.
El paradero de las zapatillas permaneció en misterio hasta que el FBI las recuperó en 2018. Martin, ahora de 77 años, no fue expuesto públicamente como el ladrón hasta que fue acusado formalmente en mayo de 2023. En octubre de ese mismo año se declaró culpable. Estaba en una silla de ruedas y necesitaba un tanque de oxígeno cuando fue sentenciado en enero pasado a tiempo cumplido debido a su mal estado de salud.
Su abogado, Dane DeKrey, explicó antes de la sentencia que Martin, quien tenía un largo historial de robo y posesión de propiedad robada, intentaba realizar “un último gran robo” luego de que un viejo conocido vinculado con la mafia le dijo que las zapatillas debían estar adornadas con joyas auténticas para justificar su valor asegurado de 1 millón de dólares. Pero un intermediario —una persona que compra bienes robados— posteriormente le dijo que los rubíes eran solo vidrio, dijo DeKrey. Así que Martin se deshizo de las zapatillas. El abogado no especificó cómo.
El supuesto intermediario, Jerry Hal Saliterman, de 77 años y residente de Crystal, un suburbio de Minneapolis, fue acusado en marzo. También se encontraba en una silla de ruedas y con oxígeno cuando hizo su primea aparición en la corte. Su juicio está programado para enero y no ha presentado una declaración de culpabilidad, aunque su abogado ha dicho que es inocente.