Todo salió estupendo para Dodgers en el primer juego de la Serie de Campeonato de la Liga Nacional que comenzaron en casa. A la defensiva y ofensiva estaban inspirados, atrapando bolas increíbles y trabajando en cada turno para avanzar sin grandilocuencias, pero con efectividad. Así, la novena de Los Ángeles ganó el primer duelo con una blanqueada a los Mets de Nueva York, que nunca se encontraron en el terreno, con pizarra de 9-0. Los números de los angelinos son asombrosos, alcanzaron 33 entradas sin recibir carrera y empatar la marca de los Gigantes de Nueva York de 1905.
Jack Flaherty estuvo en el mon-tículo de los Dodgers por siete entradas maravillosas. En esa ruta, poco usual en estos días, ponchó a seis, recibió sólo dos imparables y otorgó un par de bases por bolas. La precisión de sus lanzamientos además tuvo el impecable respaldo del resto de la defensiva que intervino para hacer aún más lucido el juego de los angelinos.
En el séptimo episodio, por ejemplo, Starling Marte conectó un batazo largo que se fue a lo profundo del jardín central, un cañonazo que podía hacer daño al serpentinero, pero el patrullero Kevin Kiermaier apareció como un milagro y atrapó una pelota que parecía intratable.
Cuando terminó su labor toda la banca se puso de pie para felicitar a Flaherty por la pieza de pitcheo que ofreció en este duelo inaugural. El lanzador no se desbordó de alegría y sólo dijo: Hay que pensar en un pitcheo a la vez, una serie se juega un partido a la vez y este apenas es el primero
.
Pero los Dodgers estaban inspirados también en la ofensiva. Desde el primer episodio anotaron por obra de Max Muncy, quien pegó un batazo al jardín central y remolcó las primeras dos carreras de la noche.
Como si hubiera una urgencia de no desperdiciar entradas sin pisar la registradora, en el segundo rollo la estrella Shohei Ohtani conectó un sencillo que alcanzó para producir la tercera de los Dodgers. El nipón demostró que es un pelotero completo, no sólo con cuadrangulares se gana un partido y este hombre tiene un repertorio asombroso.
En la cuarta entrada, los Dodgers se hicieron sentir con potencia. Una entrada de tres anotaciones. Primero Tommy Edman produjo una con un sencillo. Después, Ohtani estuvo cerca del jonrón, pero su pelota se quedó en el muro del jardín central, pero suficiente para que Edman pisara la registradora. Luego, Freddie Freeman conectó sencillo que empujó la de Ohtani, quien no había pisado la almohadilla del home.
El partido estaba ya sentenciado, pero Dodgers no desperdició las oportunidades que ofrecía Mets. Un doble de Mookie Betts mandó tres hombres a la registradora, una de esas anotaciones fue de Ohtani. Con nueve carreras en la pizarra y un cero de los de Nueva York, pintaba un panorama incomparable para la novena de Los Ángeles. La serie empieza con las siglas LA flameando.
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