Gustavo Ayón saltó del más elevado nivel del basquetbol a la política. Lo hizo en Compostela, Nayarit, y su principal meta como presidente municipal, sentencia, es “dignificar” ese cargo público.
“Hoy en día, tenemos muy golpeada esa labor y es muy importante dignificarla, porque la política se hace todo el tiempo, hasta en el hogar, con la familia. Hay que hacer buena política, ser organizados y eso se puede llevar también al servicio público”, dijo el Titán de Nayarit.
Ayón confesó que “existe mucha indisciplina todos los días”, respecto al nuevo mundo al que pertenece, por lo que quiere transmitir su aprendizaje como estrella del baloncesto y dejar eso como legado.
“Es parte del objetivo de por qué estoy en Compostela, aportar lo que aprendí como deportista dentro del cargo que ahora tengo”, aseguró.
A Gustavo y su equipo de trabajo les motiva dejar una ciudad de calidad, con una imagen urbana adecuada, tanto para los habitantes como para los turistas, pero también para que cuando acabe su administración (en tres años), que comenzó en septiembre, la pueda entregar “de manera cordial y con un legado”.
En palabras de Ayón, el municipio en el que nació y del que ahora es alcalde, se ha colocado —en los más recientes años— como un sitio de alto interés turístico en México; por eso, busca no sólo adaptar un modelo de infraestructura hotelera que atraiga visitantes en una zona, sino hacer de toda la ciudad un espacio atractivo, por lo que “hay que mejorar los servicios públicos que están en mal estado y arreglar vialidades destruidas”.
El exjugador del Real Madrid, la Selección Nacional y cuatro franquicias de la NBA, no compara la política con el deporte; al contrario, las define con ejemplos: “La política del deporte es muy injusta, porque a alguien que tiene mucho talento y cualidades, en ocasiones no se le da ese respeto; a este lado [los cargos públicos], algunas personas llegan por amistades o compadrazgos”.
El exjugador de los Hornets de Nueva Orleans, el Magic de Orlando, los Bucks de Milwaukee y los Hawks de Atlanta sentenció: “El orden y la disciplina que te da ser deportista, hay que transmitirlos a la política pública”.
Está convencido de que lo hará, para “dignificar” el puesto, tal como lo hizo dentro de la duela.