En medio de las intensas lluvias y el desbordamiento de ríos que han azotado a Tabasco, los ganaderos de la región se ven obligados a actuar rápidamente para salvar a sus animales. Las inundaciones han dejado grandes extensiones de campo anegadas, lo que ha puesto en riesgo a miles de cabezas de ganado. Los productores, tanto pequeños como grandes, están luchando a marchas forzadas para encontrar zonas seguras en donde refugiar a sus animales, enfrentándose a una situación de emergencia que amenaza su subsistencia.
María Vázquez, presidenta de una unión regional ganadera, explica que muchos ganaderos han tenido que movilizar sus rebaños hacia las zonas altas del municipio de Centro, pero las áreas cercanas a las cuencas de los ríos, como Aztlanes y Torno Largo, se encuentran gravemente afectadas.
“Las inundaciones en estas zonas no duran solo un día; el agua puede tardar mucho en bajar, y eso pone en un serio riesgo al ganado”, señala Vázquez. La lentitud en la disminución de los niveles de agua significa que los campos no se recuperan rápidamente, lo que agrava la situación para los ganaderos.
La crisis no solo es ambiental, sino también económica. El traslado de los animales a terrenos más altos o a refugios temporales se ha vuelto una operación costosa y poco rentable. Vázquez advierte que los altos costos de arrendamiento están afectando gravemente a los productores. “Mover al ganado ya no es viable debido a los elevados precios de renta, que varían entre 200 y 500 pesos por animal”, comenta. Esta carga económica, sumada a las pérdidas generadas por la inundación de los pastizales, ha dejado a los ganaderos en una situación crítica.
Los productores mantienen la esperanza de que la actual administración estatal les brinde el auxilio necesario para sobrellevar la situación. “No recibimos apoyo antes, pero confiamos en que esta vez el gobierno estará de nuestro lado”, comenta un ganadero que fue entrevistado por Grupo Cantón.
Según las cifras proporcionadas por la unión ganadera de la región, más de un millar de cabezas de ganado han sido desplazadas hasta el momento debido a las afectaciones en el campo tabasqueño. Mientras las lluvias continúan y los ríos mantienen niveles peligrosamente altos, los ganaderos siguen buscando soluciones para salvaguardar su patrimonio.
La situación en Tabasco es un reflejo de los desafíos que enfrenta el sector pecuario en tiempos de cambio climático y fenómenos meteorológicos extremos, y la capacidad de respuesta de las autoridades será crucial para determinar el impacto a largo plazo en esta importante actividad económica del estado
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