El agua es sólo uno de los dos líquidos posibles en las condiciones que se cree que existían en el antiguo Marte, según advierte un nuevo estudio publicado en Nature Geoscience.
El otro es el dióxido de carbono (CO2) líquido, y puede que en realidad fuera más fácil que el CO2 de la atmósfera se condensara en líquido en esas condiciones que el hielo de agua se derritiera.
Aunque otros han sugerido que el CO2 líquido (LCO2) podría ser la fuente de algunos de los cauces de los ríos observados en Marte, la evidencia mineral parece apuntar exclusivamente al agua. Sin embargo, el nuevo artículo cita estudios recientes sobre el secuestro de carbono, el proceso de enterrar el CO2 licuado recuperado de la atmósfera terrestre en las profundidades de las cavernas subterráneas, que muestran que puede producirse una alteración mineral similar en el CO2 líquido y en el agua, a veces incluso más rápidamente.
El nuevo artículo, publicado en Nature Goescience, está dirigido por Michael Hecht, investigador principal del instrumento MOXIE a bordo del rover Perseverance de la NASA en Marte. Hecht, científico investigador del Observatorio Haystack del MIT y ex director asociado, dice en un comunicado: “Comprender cómo pudo fluir suficiente agua líquida en el Marte primitivo para explicar la morfología y mineralogía que vemos hoy es probablemente la mayor pregunta sin resolver de la ciencia de Marte. Es probable que no haya una única respuesta correcta, y simplemente estamos sugiriendo otra posible pieza del rompecabezas”.
En el artículo, los autores analizan la compatibilidad de su propuesta con el conocimiento actual del contenido atmosférico marciano y las implicaciones para la mineralogía de la superficie de Marte. También exploran la última investigación sobre el secuestro de carbono y concluyen que “las reacciones LCO2-minerales son consistentes con los productos de alteración predominantes de Marte: carbonatos, filosilicatos y sulfatos”.