Con el estreno de su nueva película biográfica Better Man, que llegará a los cines el próximo 2025, Robbie Williams no solo reflexionó sobre los momentos más oscuros y luminosos de su vida, sino que también abordó algunos de los rumores más persistentes sobre su carrera y su personalidad.
En una entrevista con el diario The Guardian, Williams habló sin tapujos sobre las teorías que han circulado durante décadas acerca de su sexualidad, un tema complicado que alcanzó incluso un proceso legal.
En el 2004, el artista entabló una demanda por difamación contra un tabloide que había publicado una entrevista con un supuesto “amante gay secreto”, nota en la cual se insinuaba que Williams engañaba al público.
Aunque Robbie siempre ha defendido los derechos LGBTQ+, señaló que dicha demanda fue un intento por proteger su privacidad y desafiar la narrativa sensacionalista en torno a su imagen pública.
“Estaba molesto. Más triste en realidad. No sobre las afirmaciones de ser gay, porque he hecho todo menos practicar sexo oral con un hombre. Honestamente, nunca has conocido a alguien que quiera ser gay tanto como yo”, declaró con su característico humor y franqueza. “Es un equilibrio difícil: quiero ser un aliado [de la comunidad LGBTQ+], pero también quiero proteger mi autenticidad y mi propia vida”, reflexionó.
Un chimpancé CGI para contar su historia
Better Man, dirigida por Michael Gracey, escapa al calificativo de película convencional. En un giro arriesgado (que preocupó a los inversionistas del filme), Robbie Williams es representado aquí como un chimpancé CGI, una decisión que, según el cantante, busca atraer a una audiencia más amplia.
“Enfrentémoslo. Una biopic de Robbie Williams sin el mono es menos atractiva o interesante. Sería interesante para mis fans, pero para nadie más”, declaró al periódico británico.
Aunque la idea generó resistencia por parte de los estudios, Gracey explicó que el concepto único terminó siendo clave para diferenciar la película de otros biopics musicales.
La trama abarca desde los inicios de Williams en Take That, su lucha contra las adicciones y los problemas de salud mental, hasta su vida personal, incluyendo relaciones con figuras como Nicole Appleton. Uno de los momentos más controversiales que aborda es la presión que recibió Appleton para abortar, una decisión influenciada por las expectativas de la industria musical.
“Me retrato a mí mismo como el villano principal en varias partes”, confesó Williams, destacando la crudeza con la que la película examina sus errores y relaciones pasadas. Además, se exploran las tensiones con los miembros de Take That, particularmente Gary Barlow, con quien admitió tener una relación complicada en el pasado.
La fama y las drogas
Más allá de su carrera musical, Williams reflexionó sobre el impacto de la fama en su vida. Aunque ahora ve su carrera como “un trabajo del que puedo estar orgulloso”, admite que al principio la presión y el éxito lo llevaron a crisis existenciales.
Además, señaló que el entorno de Take That no ofrecía apoyo emocional ni fomentaba hablar de problemas mentales, algo que contribuyó a sus conflictos internos.
“Éramos cinco chicos aislados. Todos estábamos teniendo esta experiencia jodidamente loca. Tiene que haber una cierta disociación mientras intentas comprender todos estos nuevos sentimientos y ves cómo se tuerce tu vida. Y vivir dentro de la deformación es surrealista”, reflexionó el cantante en diálogo con el medio británico. Por ello compara la fama con las drogas.
“Tomé LSD por primera vez cuando tenía 15 y no debí haberlo probado. Tampoco debí probar la fama. Es la misma cosa. Me alegra haberlo hecho, y me alegra estar del otro lado, me alegra haber pasado lo que pasé y logrado lo que logré, pero es una droga como el LSD”.
La película Better Man llegará a cines de Argentina el próximo 6 de febrero.